Este verano tuve uno de esos sueños que se recuerdan y marcan.
Soné con tres muertes, tres personas cuyos cuerpos estaban a medio descomponer, manos huesudocarnosas, ropajes oscuros y cabezas cubiertas con una especie de túnica.
Dos me dieron un trato familiar, hablándome y dándome muestras de cariño,
impidiendo que la otra, en un estado que decían "bastante desagradable", se acercara a mí.
Sin embargo se acercó, cerré los ojos y durante unos segundos me abrazó diciendo cosas e intentó que la viera.
No quise, me desembaracé de ella y salté por un balcón.
Ya durante el sueño intuía el significado.
Sabía a quién correspondían las dos primeras.
Y también sabía lo que la tercera quería transmitir.
Esta semana quizás algo me lo confirme.
Y sobre todo quizás cobren sentido las dos cifras que me rondan la cabeza desde hace meses: 2 27.
lunes, 7 de septiembre de 2009
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