Desde entonces manos que no sé de quien son me cogen.
Las hay que se ofrecen para jugar con los órganos sexuales,
las hay que aprietan fuerte el cuello hasta cortar la respiración.
Si no le pregunto a unas,
¿por qué habría de hacerlo con las otras?
viernes, 15 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario